Nuestra Golondrina es un emblema del eterno retorno, de la ligereza y la espiritualidad y está relacionada con los ciclos de universo, con el ir y el venir, como las estaciones. Es un pájaro feliz.
Nuestro sabio y nigromante Juan Eduardo Cirlot dice que este ave está consagrada a Venus y a Isis, y que es una alegoría feliz de la primavera, y por tanto de la fuerza nutricia de la naturaleza que se impone fecundando la vida. Está y aparece para dar felicidad a los demás, siempre sonriente y de buen humor.
Por votación, y tras pasar un examen secreto, el Consejo bautizó como Golondrina de la Compañía a quien aquí se presenta, y a quien el Consejo felicita por su total dedicación y colaboración siempre ofrecida, por su ecuanimidad y por su capacidad para anteponer los intereses de los demás a los propios, y por su arte a la hora de proponer cosas siempre sensatas y con sentido, pero nunca aburridas, y también por la ilusión total puesta en la Compañía, y por creer en esta idea como casi nadie, sin arredrarse ante las dificultades, y siguiendo escrupulosamente las indicaciones del Consejo:
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Hacer muescas misteriosas en mi bordón cuando paramos, eso me gusta... |
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Me pica la nariz, espero que no me dé la alergia... |
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Sonrío, pero cae una calorina.... |
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Se nota que estoy en forma, ehhh? Es que hago ballet... |
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Las cartas y postales a mis amigos y compañeros no se me olvidan, me gusta compartir todo esto, ojalá estuvieran aquí... |
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A ver, chicos, un poco de orden, que así no hay manera, el Consejo ya ha hablado... |
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¿Tendrá cosas raras? Me parece que nos vale... |
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Mira esos tíos tan raros, ¡están colgados!
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