LA FAMA OS PRECEDE

La Compañía Alada del Camino es un proyecto de amistad y conocimiento en torno al Camino de Santiago y fue fundada en 2011 inicialmente por siete jóvenes de entre 10 y 14 años y un poeta. En 2012 se sumaron tres jóvenes más. Además se instituyó la posibilidad de ser Miembro Honorario. La Compañía se rige por un Consejo Democrático que toma todas las decisiones sobre la base de igualdad de voto, y de manera asamblearia. Por insignia lleva una banderola azul celeste. Cada miembro de la Compañía admitido por el Consejo lleva un nombre clave de pájaro o de animal alado, real o imaginario, de acuerdo a un procedimiento secreto de selección establecido por el Consejo. Se ingresa en la Compañía previa invitación de uno de sus miembros, y tras posterior aceptación del Consejo. La primera ruta de la Compañía se realizó entre las ciudades de León y Santiago de Compostela en agosto de 2011. Cada miembro de la Compañía porta un bordón de avellano y una concha con la Cruz de Santiago en azul. El lema de la Compañía Alada, "la fama os precede" fue otorgado por Juan Cortes, hospitalero mayor de la Casa de los Dioses, en tierras de León. La segunda ruta, en 2012, ha recorrido el Camino del Norte Primitivo, entre Mondoñedo y Santiago, atravesando la Terra Cha y Lugo. La tercera ruta, en 2013, ha llevado a la Compañía hasta Oporto, para recorrer desde Rates la Ruta Portuguesa hasta Santiago. La Compañia cuenta con dos Miembros Honorarios, Rondinella de Sicilia, y Águila Calva de Irlanda. En 2014 se han sumado cuatro nuevos compañeros pájaros. En 2014 hemos realizado la 4º salida, el Camino Inglés, entre Ferrol y Santiago, andando. Además la Compañía realizó la ruta entre Santiago y Finisterre, en bicicleta, en dos jornadas. En 2015, la Vía Francígena, de Pisa a Roma. En 2016, el Camino del Muro de Adriano, entre Inglaterra y Escocia. En 2017, el Camino de Francia de Montpellier a Toulouse. En 2018, la Sierra de la Tramuntana, en Mallorca, tras los pasos de Raimundo Lulio. En 2019, el Camino Sanabrés, de Ourense a Santiago, por el desvío de Oseira.


martes, 7 de febrero de 2012

Las paradas del Camino. Sorpresas.

El camino te da una lección o varias, y la Compañía Alada aprendió mucho de esto. La cosa es así. No se puede demostrar, ojo, pero es nuestro mensaje. Está bien llevar preparados los recorridos, y los sitios y lugares donde vas a parar, de antemano. Todo eso sirve. Pero la verdad es lo mejor del Camino se esconde en lo imprevisto, en las paradas que no estaban programadas, cuando nos dejamos dejar por la intuición de que allí podía pasar algo... Por si no terminamos como los que hacen viajes organizados y no se trata de eso. Se trata de dejarnos llevar.
Así es como viaja la Compañía Alada. Es cierto que eso tiene sus pegas, por ejemplo, que si te paras mucho, llegas tarde a los albergues y no hay sitio, pero vale la pena, amigos, correr ese riesgo. Porque en el riesgo está la aventura y lo divertido. Otro riesgo es que se te echa el día encima, y el calor te pude abrasar, pero bueno, hay que saber aguantar. Es que esto no es un tren, y a veces vale la pena parar a preguntar cosas, incluso cosas que uno sabe o cree que sabe, para que otros las digan con nuevas o viejas palabras. Luego por la noche, escuchábamos a algunos que te contaban que salían a las seis de la mañana y se hacían cuarenta quilómetros o más, y para qué, si no uno no entra en las iglesias o charlotea con los paisanos. Que lo están deseando. La Compañía Alada, al entrar en los pueblos, se hacía notar, golpeando sus bordones contra el suelo, o cantando, y luego algunos respondían y nos contaban cosas.
La Compañía Alada hizo este camino para escuchar historias, y para contar otras, entre nosotros. El camino sirve para hablar verdades entre amigos. ¿Cómo se hacía esto de parar? Bueno, alguien lo proponía, se convocaba un Consejo y se sometía a votación. La verdad es que hacíamos Consejo para muchas cosas, varias veces la día: cada compañero pájaro de la Compañía tenía un voto, sin importar edad, y por mayoría simple se decidían las cosas. A veces convocábamos consejos por tonterías, pero al final, no está mal que así fuera. Todo decidido en asamblea...
Es además una cura de humildad para los egos, porque siempre queremos salirnos con la nuestra, y el Consejo se encarga de imponer su mejor criterio... Vamos a ver aquí algunas paradas este Camino, hubo muchísimas, además de las de destino final de jornada, pero elegimos aquí algunas donde pasamos un buen rato...

León, parada y salida, sirvió para contar alguna leyenda..., que traíamos preparada...


La casa de los dioses. Nos recibió Juan Cortes, que nos dio nuestro lema, "vuestra fama os precede", pues ya había oído hablar de nosotros por boca de otros caminantes...


Un puesto de frutas, y la voluntad de una monedita a cambio de zumos..., y buena conversación...


Se veía que apretaba Lorenzo


La vida de cada día..., y en el centro siempre nuestro estandarte azul, un banderín de cielo...

En la Colonia Templaria... de Manjarín, tras pasar Cruz de Ferro (casi 1.500m) a 40 grados...

Y con perros..., había uno con cruce de lobo que era casi lobo, aquí los templarios venden muchas insignias y te dan té gratis y agua, que no es poca cosa...

De estas gorrillas de ALSA no hemos hablado, nos las regalaron para hacer publicidad y a cambio nos hicieron descuento... Luego nos han sacado en su revista... ya no contaremos mejor.

Qué bien entra el bocata. Los hacíamos por la mañana, y nos los administrábamos durante el día, y si sobraba uno se repartía en trocitos, para que nadie desfalleciera... Aquí sí que uno aprende a compartir...

Caras de calor..., y ahora se verá... Se caía el cielo...


Se ve que algunas paradas era porque no se podía más, y ya daba igual, sin sombra, qué más da... El Consejo votó parar en un arcén...!

Eran momentos malos, que los había, y entonces empezaba alguno ¿cuánto queda? Y en Galicia, para consolarte, siempre dicen. "unos tres quilómetros". Era el momento en el que la Comisión de Canto apretaba, pero ni con esas...

Pero se llegaba, y a veces, antes de entrar en los pueblos, nos obligábamos a levantar el ánimo, golpear los bordones y hasta cantar algo, para nadie pensase mal de la Compañía Alada.


Porque otros encargan a servicios de porteadores que les lleven las mochilas en taxis. El Consejo votó sobre eso y decidió que era trampa, así que, adelante..., nos pareció que los que hacían eso eran unos caras. Salvo caso de necesidad, por lesión, el Consejo se opone a estos remedios...

Ya en los bosques de Galicia, los paisanos nos contaban cosas del pueblo, y pasamos a ser rapaces, bueno, ya éramos pájaros.

Aquí estuvimos viendo cómo todavía se separan los campos con piedras que parecen menhires... Y una señora estaba cortando leña con un hacha, para el invierno, parecía sacada de Asterix y Obelix... Sí, por allí es la Edad de Piedra...

Nos parábamos a ver los tímpanos de las ermitas y a encontrar símbolos en la piedra...


Se nos cruzó una señora que llevaba tres vacas pardas, medía un metro (la señora, por ahí está en sombra), y no quiso vernos: se tapó la cara con una botella cuadrada de plástico. Un poco más adelante nos lo explicaron. Se trataba de una meija, y al ver tantos rapaces juntos no quiso mirarnos para no pasarle a nadie el mal de ojo. ¡Una buena acción!

Por allí todo es muy extraño..., mejor cubrirse del sol en pequeños rincones...


Y el día es muy largo, hay sed, la boca se vuelve pastosa y el agua se empieza a racionar, y comienzan las dudas personales: ¿Qué hago yo aquí? se dice alguno..., bine que podía estar en una playa, y es verdad que son preguntas fundamentales, ¿Adónde voy? ¿De dónde vengo?

Dejamos escritos mensajes, para otros amigos del camino..., animándoles a superar estos momentos de crisis, que también son parte del camino.


Nos gustan mucho los gatos...

Este amigo lleva caminando varios años, desde que se jubiló de electricista en Bilbao. Recibe la pensión en el banco y no tiene otra casa más que el camino, lo lleva todo consigo, y lo arrastra en un carrito con ruedas. si le dan posada bien, y si no acampa. Viaja don dos perrillos..., y hace pocos quilómetros al día. Nos se trata de llegar, claro... 

Allí comimos, y cerca había un grupo de Scouts franceses y católicos que no paraban de cantar ¡Resucitoooó, Resucitoooó!, y hacer misas de campaña.  De repente, el cura jefe se nos acercó para saber si le podíamos decir el nombre del obispo de Lugo, para pedir por él en la misa. Eso es el camino, cada uno con su rollo.


Unas gafas muy chulas, y muchas cremas, para casi todo. Por cierto, la vaselina pura para los pies, por la noche, tras la ducha, lo mejor, y el alcohol de romero, para los masajes... Y que no falte el botiquín de nuestra Comisión de Salud, para las ampollas...

Que se vean los carritos del amigo de Bilbao...

Llegamos donde unos protestantes norteamericanos que nos trataron muy bien... Cada uno con su rollo...


La Comisión de Lavado haciendo la colada colectiva en un lavadero de piedra, y con ayuda..., de todos.

Parar y beber en las fuentes es un vicio... Eso en las ciudades se pierde, porque ya no hay apenas fuentes...



Galicia tan propensa a misterios, duendes, meigas, mandrágoras y otros tesoros bien escondidos en los cuentos y narraciones del maestro y escritor Alvaro Cunqueiro. Aquí don Eugenio nos habló de tesoros escondidos de mouros y de uno que había por ahí cerca...

Su familia también nos habló de meijas, porque era sábado. En viernes no se puede... Las señoras mayores estaban asustadas y nos confirmaron que la de las tres vacas era una poderosa meija. Por allí no dicen meiga.



Las mejores paradas. Cruzar un río y no bañarse es delito...
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario