Una vida dura, casi siempre por los suelos, duros como la piedra... Pero no hay alternativa si queremos hacer los caminos a la antigua, casi siempre pidiendo hospitalidad gratuita, como lo hacían los peregrinos medievales. La idea de dormir al pairo, sin hoteles ni pensiones te hace ver el Camino de otro modo. Y te das cuenta que necesitas pocas cosas. Esto en realidad era un local de ensayo para un coro de San Gimignano, en el Convento de Santo Agostino, y nos lo dejó el padre Brian Lowery. Tenía aparte dos baños. La vista era maravillosa y el mejor hotel allí no las tiene. También empezó nuestra guerra con los mosquitos.
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| San Gimignano |
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| Golondrina empieza con sus habituales heridas y contracturas. |
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| Siena, en el albergue de Suor Ginetta, jugando al Monopoli italiano. |
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| Siena |
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| Oropéndola con la nariz de payaso solar |
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| Con el suizo hippy que se unió a la Compañía. |
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| El Centro
Accoglienza Santa Luisa de Marillac. Luego das un donativo, administrado Suor Ginetta, esforzada amiga del Camino. |
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| La Oca derrumbada tras 50 km de pedaleo. |
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| Ostello
parrocchiale Piazza Chigi, en San Quirico, había que pagar 12,50. Nos dieron la llave de una casuca. Muy bien. |
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| Lavando la Ropa en Aquapendente |
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| Formello, un lujo |
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| Roma San Pancrazio |